Si no estás en la internet, no existes

La reciente IV Encuesta Auditoría a la Democracia realizada en Chile por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) muestra que la televisión (TV) encabeza la mayor baja en confianza desde un 49% en el 2010 a un 23% en 2016. No sólo la TV cae en la confianza de los chilenos, también la radio baja 16% entre los mismos años.

Los medios son usados como indicador de cómo los chilenos percibimos la Democracia y cómo dichos canales de comunicación se incluyen dentro de las “instituciones” que sostienen la convivencia.

Cuando se le pregunta a los encuestados “A continuación le voy a leer los nombres de algunas instituciones ¿Cuál cree usted que es el grado de influencia que hoy día cada una de ellas tiene en las decisiones que toma el Congreso?” el segundo lugar lo ocupan “los medios” con un inquietante 47%.

El 57% ve todos los días algún noticiero de TV pero el 2010 era un 70%. (-13%)

El único medio para informarse que sube es la internet: de un 21% a un 33% (57% de crecimiento) entre 2010 y 2016.

Una interesante pregunta y que tal vez ayude a entender la desafección con los medios es “A continuación le voy a leer algunas instituciones ¿cuán extendida cree usted que está la corrupción en cada una de ellas? Hay mucha corrupción” el resultado es que un 34% cree que la institución de “los medios de comunicación” es muy corrupta.

Esta semana dos artículos llamaron mi atención y se cruzan con las reflexiones que me deja la IV Encuesta Auditoría a la Democracia: una entrevista, también sobre corrupción, al periodista argentino Jorge Lanata donde alerta a los medios a que consideren a la internet como uno más.

“Tratamos internet como si fuera un complemento de los medios y no lo es. Es un medio en sí mismo. Hay que reinventar los diarios, la radio, la televisión, las revistas. Porque lo que va a prevalecer va a ser la web. Esto significa un cambio de todo tipo. No solo formal, sino también de sintaxis. Hay que rediscutir cada sección, qué es lo que queremos contar”

El otro es una columna de Jaime Villarreal, “Proverbio digital” y que enfatiza sobre la importancia de los contenidos como herramienta de marketing y el alza de VICE Media, compañía multimedia que empezó como un emprendimiento en 1996 y hoy es una transnacional de medios con canales repartidos por todo el planeta.

“Nosotros vamos a pensar una campaña centrada en el contenido que le interesa a la gente, la vamos a filmar y la distribuiremos en el canal que el público más consume: digital. Y si sobra presupuesto, pensamos en la TV ¿Ok?”. (Shane Smith fundador de VICE)

Los chilenos confiamos cada vez menos en los medios tradicionales como la TV o la radio porque sus contenidos son irrelevantes, poco empáticos, de mensajes mediocres y entregados a la corruptela oficial.

El dicho “si no estás en TV no existes” mutó hace rato a “si no estás en internet no existes” el problema es que para estar aquí hay que inventar (nuevos) códigos que se sustenten en las experiencias de los usuarios.

Los medios tradicionales no solo nunca lo entendieron, además terminaron vendiéndose a las agencias de comunicación de las cuales hoy son meros buzones de recepción de sus estrategias para colocar entre las noticias una nota de “lo bien que la hace una empresa de buses” o los cambios de hábitos en “consumo de aguas minerales”.

Los medios han tratado a sus audiencias como niños durante años, usando el argumento comercial de la interrupción para pagar sus costos. Han estado al servicio de la mentira y la manipulación. Hoy trabajan para insertar en la mente de los chilenos los conceptos de inseguridad, xenofobia, debacle económica y ahora último en la privatización de Codelco.

La razón de éste hundimiento en credibilidad y probidad está en cómo los medios han construido su relación con los lectores y cómo esa falta de reconocimiento de “esos otros” ahora les impide construir relaciones de calidad en un nuevo medio que requiere justamente de lo que carecen los tradicionales: transversalidad construida desde las experiencias reales y creíbles.

Tal vez Chile sea el peor lugar para esperar algo de los medios porque siempre han estado el servicio de sus dueños que pierden dinero a mares pero ganan una influencia política inconmensurable lo que compensa sus “pérdidas económicas” y claramente impide la innovación.

Es muy difícil que acá vean la luz medios innovadores e influyentes cuando los tradicionales se fijan en Garmendia sólo cuando es “éxito editorial” con un libro (!).

El desafío es entonces para los que creemos que hay otro mundo, otras maneras y otros contenidos que identifiquen el valor en lo local para ser global pero sobre todo, aquellos que creemos firmemente que solo la experiencia de los usuarios positiva hace posible abrir las puertas de las audiencias nuevamente a contenidos generados desde sus motivaciones y sueños. No hay otra.